Era pájaro de Sol (sin alas)


La espiaba, a la pequeña Cuentacuentos que se asoma al alféizar todas las tardes, para observar el Sol caer; esa a la que le gustaba quedarse allí, quieta como una estatua, capturando con las pupilas los últimos rayos de calor antes de que la noche inundase el cielo. 

¿Y cómo no iba a hacerlo? Si es que a las chicas de verano el Sol es lo único que les alimenta ese corazón tan vivo que tienen: rojo, bien calentito, capaz de templar el latido más frío de cualquier muchacho de invierno. Y el suyo, ¡el suyo era tan brillante! A mí me gustaba espiarlo hasta que el telón celeste caía y ella decía adiós al Sol con un gesto de la mano y lagrimitas en los ojos: con los bumbums del pecho tan acelerados que parecían hacerle una carrera al mismísimo mundo. 

Me gustaba espiarla, sí, pero no pienses mal de mí: que después del atardecer sólo la observaba durante ese rato en que el suelo parecía quedársele pequeño bajo los pies, en los que la mirada se le perdía en el pequeño pisito oscuro y el corazón henchido parecía temblarle de miedo. 

Y es que ella era una chica de verano, ¿sabías? y a corazones como ése no se los puede tener presos. 

Me gustaba espiarla, sí, a ella y a su costumbre de pajarillo que adoptaba tras cada atardecer: De puntillas sobre las baldosas, con los brazos estirados en una cruz desigual. Siempre cerraba los ojos, pero a mí me gustaba imaginar unas pupilas incandescentes bajo sus párpados, porque sabía que nada la haría más feliz que el Sol iluminándola otra vez (bueno, quizás sí había algo, y es que aunque ella no hablara, los brazos extendidos y sus latidos gritaban sus intenciones por ella):
Despegar sin planear aterrizaje. Batir ilusiones, remolinos de oxígeno. Desplegar las alas que no llegó a tener nunca y volar.


¡hola a todos! ¿cómo puedo llevar tanto tiempo sin actualizar?
Aquí está mi sorpresita de feliz año, ¡espero que os guste a todos!
Dulce 2012, Cassiël :)