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Babú se vestía de monstruo los sábados por la mañana, con el pelo alborotado de sueño y las mejillas sonrosadas; el pijama arrugado y una ferocidad propia de mil leones (cuando batía las pestañas creaba remolinos en el océano Pacífico, que no hacía honor a su nombre y creaba tormentas sólo para ella; que si no se enfadaba y no le dirigía la palabra hasta volver de su paseo).

¡Si pudieses verla! Corriendo como un cervatillo a través de la hierba; con el disfraz ya escondido bajo las piedras pero las lentillas de gato todavía puestas, de un intenso ámbar, y un bote de cristal entre los dedos agarrotados.


Porque Babú tiene un tarro, ¿no lo sabías? Un tarro bien grande, transparente, con tapa agujereada y una etiqueta que reza los ingredientes justos para una tarta de chocolate ideal. Y dentro de él, Babú va guardando el invierno, para que así, cuando llegue la primavera, pueda recordarla con sólo mirar en su dirección.

¿Que qué guarda dentro? A veces se limita a abrir el tarro en los meses más fríos y dejar que el viento se cuele en su interior, para almacenar ventiscas, o simplemente sopla dentro el vaho de su aliento, para empañar el cristal de frío y sus pensamientos (si está de buen humor, hasta apunta formas de cocinarlo)

Cazar estrellas polares, el rocío frío de febrero, hilos sueltos de chaquetones... Unas veces, mete las manos azuladas de frío y las frota contra el tarro, para raspar la esencia del invierno de sus dedos y dejarlo bien oculto; otras se limita a coger carámbanos de hielo y guardarlos bien dentro. 

Porque, ¡no sabes lo hermoso que es observar el hielo mientras se derrite! Como una estufa a cámara rápida, se dice Babú, mientras vuelve a guardar el disfraz de monstruo bajo la cama, a la espera del próximo sábado,  satisfecha después de un gran día de recolección de ráfagas realmente heladas.


(Gracias a los 53 dragones que son ya parte de este mundo mágico)
¡Tengo twitter!

16 comentarios:

  1. Ojalá pudiese ver a Babú así vestida, debe de ser el monstruo más terrorificamente dulce que hay :)

    Crêpes
    rellenos de
    Nutella.

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  2. Con Babú me juntaba yo, ella disfrazada de monstruo y yo de pesadilla, ¡buena la íbamos a formar!

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  3. Yo quiero una de las estrellas polares que Babú guarda en el tarro (:

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  4. "El rocío frío de febrero"
    Me has hecho amar. Qué bonitas palabras.
    ¡Un beso!

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  5. Babú me ha enamorado :)
    Sería genial poder tener un tarro de cristal con cada estación, guardar su esencia y poder abrirlo cuando quieras!
    Un beso enorme^^

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  6. El disfraz de monstruo es difícil de quitar, algunas lo llevamos ya cosido a la piel...

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  7. Jaja me habría gustado verla corretear por ahí :)

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  8. qué bonito blog (:
    (por cierto, mi twitter es @MissJeveur ^^)

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  9. Yo a Babú la espiaría todos los sábados y luego, cuando se quitase su disfraz, me daría una pena grande, grande.


    Una bolsita llena de sugus de todos los sabores.

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  10. Babu lo demuestra, que los monstruos son mentira y están asustados.

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  11. Me encanta el nombre de Babú, me recuerda a la época en que leía Fairy Oak, eran espléndidos esos libros. :)

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  12. Yo quiero unas pestañas como las de Babú, esas que crean remolinos en el océano Pacífico ^^
    jajajajaja simplemente brillante :)
    Un beso!

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  13. Me encantó, muy bien relatado, beso (:

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  14. me vestiría de monstruo los jueves por la tarde sin dudar :)

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  15. Qué bonito. Tengo ganas de invierno, la verdad... no me gusta mucho el verano.
    He encontrado tu blog gracias al concurso de relatos que ganaste ^^
    Besos con trocitos de sueños cumplidos.

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Las tormentas en verano son la única anomalía no-cardiovascular que siempre he querido investigar: Como si el invierno y el verano dejasen de ser rivales por un momento, para amarse con una pasión grande como lo es el mundo, constelaciones y todo.

(si tienes algo que decir, hazlo ya; Que el café se enfría y C. nunca fue paciente)